La comunicación es uno de los pilares más importantes en las relaciones interpersonales y en especial en las relaciones de pareja que tenemos o que vayamos a tener en el futuro.
De hecho, la falta de comunicación es una de las razones más comunes por la que una relación se puede lastimar, quebrantar o incluso terminar.
Lo que decimos y el cómo lo decimos juegan un papel fundamental al momento de entablar una conversación con el otro, especialmente con nuestra pareja.
Es decir, que tanto el mensaje como la forma de comunicarnos tienen implicaciones importantes en la satisfacción que tengamos o que la otra persona tenga con la relación.
Comunicarnos correctamente puede ser todo un desafío, pero no es imposible lograrlo. Hay varias estrategias que podemos aplicar y que es importante tener en cuenta al momento de entablar una conversación, espero les sirva.
1. No manipular al otro para conseguir lo que queremos
La manipulación es una herramienta a la que usualmente acudimos cuando queremos conseguir lo que queremos. A veces la usamos sin intención y otras veces la usamos intencionalmente.
Lo mejor es no manipular al otro. Un ejercicio es identificar cuándo estamos manipulando o cuándo estamos siendo manipulados para poder corregirlo en futuras conversaciones con nuestra pareja.
2. No impedir que la otra persona se exprese
¡Sí! Queremos ser escuchados, pero la otra persona quiere lo mismo. Y también tiene derecho a que lo escuchemos.
Es importante permitir que la otra persona se exprese y hacerle saber si sentimos que no nos están permitiendo expresarnos a nosotros.
Una práctica muy común es interrumpir a la otra persona cuando está hablando “porque se nos va la idea”. También, solemos inferir lo que el otro va a decir y esto nos lleva a completar sus frases. Estas prácticas lo único que hacen es molestar a la otra persona y evitar que la conversación fluya con normalidad.
Evitar esto ayudará a que ambas partes puedan decir lo que piensan y lo que sienten sin sentirse anulados por la otra persona de alguna u otra manera. ¡Inténtalo!
3. Evitar mencionar constantemente los defectos del otro
Cuando discutimos queremos sacar todas nuestras armas y la más letal de todas es decir los defectos de la otra persona o sacarlos en cara. Esto normalmente afecta a la otra persona, perjudicando la relación en lugar de mejorar lo que se estaba tratando de solucionar.
También, creemos que mientras más recalcamos los defectos del otro, más rápido la otra persona va a entender lo que nosotros vemos o va a cambiar. ¡No funciona así!
Es normal que ciertas actitudes del otro nos molesten, así como hay actitudes nuestras que probablemente molesten a la otra persona. Pero, lo ideal en estos casos no es guardarnos las cosas sino buscar el lugar y el momento apropiado para hablarlo y discutirlo.
Busca un momento en el que ambas partes estén abiertas al diálogo y a la escucha activa.
4. No imponer nuestros puntos de vista
Cuando tenemos una opinión hacemos todo lo posible por defenderlo. Pero eso no quiere decir que esté bien imponerlo y peor aún, que esté bien desinteresarse por la opinión del otro.
La otra persona puede no compartir nuestro punto de vista y tener sus propias opiniones y eso está bien. En esos casos, lo recomendable para evitar terminar en una pelea que como consecuencia puede lastimar la relación, es aceptar el punto de vista de la otra persona y mostrar interés en lo que piense u opine.
Podemos estar de acuerdo con que algunas veces vamos a estar en desacuerdo.
5. No recurrir a discusiones o problemas del pasado
¿Qué tiene el pasado que siempre lo queremos de regreso en el presente?
Otra de las prácticas comunes a las que recurrimos constantemente es recordarle a la otra persona discusiones anteriores, con el fin de que la persona relacione sus fallas del pasado con las del presente.
Si estás teniendo una discusión seria con tu pareja sobre un enfoque en específico, tienes que mantenerte en ese tema y tratar de solucionarlo.
En el momento en el que regresamos a una discusión del pasado para tratar de darle más peso a la discusión del presente, no solo estamos perjudicando la relación sino que estamos evitando que ambas discusiones se resuelvan.
Es necesario hablar, resolver y sanar lo que nos molesta en el momento en que lo estamos hablando para que los problemas no se vayan acumulando.
Si solucionas el problema de hoy, no tendrás que retomarlo cuando estés tratando el problema de mañana.
Es importante recordar que una buena comunicación de pareja es esencial para construir relaciones sanas y duraderas. No siempre es fácil comunicarnos correctamente, pero si ponemos un poco de nuestra parte lo podemos lograr.
Intenta practicar una escucha activa, ser empático, expresar lo que te molesta sin acusar al otro, e identificar el momento y lugar más adecuado para conversar con el otro y, te aseguro que así lograrás mejorar significativamente la comunicación de pareja.