La sexualidad desempeña un papel importante en la vida del ser humano y esto no es diferente en la adultez. Mientras el adulto-mayor goce de un buen estado de salud no hay motivo para que el interés y la actividad sexual cese.
Se han realizado varios estudios sobre los cambios y el interés sexual en la tercera edad y se ha encontrado que alrededor del 30% de personas de ambos sexos, mayores de 65 años, mantienen una actividad sexual regular.
el 90% de las mujeres viudas cesan sus relaciones sexuales a partir del fallecimiento de su esposo
Sin embargo, hay factores que limitan la práctica sexual en el adulto-mayor.
1.- En ambos sexos se experimentan cambios en la fisiología sexual
Hombres y mujeres experimentan cambios físicos propios por la edad.
Una mujer puede notar cambios en su vagina, por ejemplo la vagina puede estrecharse y las paredes pueden volverse más delgadas y un poco más rígidas.
También pueden experimentar menos lubricación, y les puede tomar más tiempo conseguirla de forma natural.
Adicionalmente, los cambios hormonales pueden afectar su deseo sexual, si la mujer está usando terapia hormonal para tratar síntomas de la menopausia, cabe la posibilidad que el deseo y la frecuencia sea incluso mayor que antes del tratamiento.
En el caso de los hombres, es común que se presenten problemas de erección, pierden la capacidad de alcanzarla y mantenerla.
Los problemas de disfunción eréctil por la edad pueden hacer que un hombre tarde más en lograr una erección o que su erección no sea tan firme como antes.
También se puede perder con mayor facilidad la erección después del orgasmo, y toma más tiempo alcanzar una nueva erección seguido de un orgasmo.
Cabe mencionar que esto es algo natural según la edad y que NO es un problema si ocurre de vez en cuando, pero si la frecuencia con la que se presenta es recurrente, recomiendo que se hable con un médico.
Todos estos cambios podrían hacer que ciertos tipos de actividades sexuales, como la penetración vaginal, sean dolorosos o menos deseables. Sin embargo, pueden ser tratados con el uso de lubricantes o estimulantes pero siempre bajo la supervisión de un profesional.
2.- Los mitos y creencias relacionadas a la vida sexual del adulto-mayor
Somos nosotros, como miembros del entorno inmediato del adulto-mayor quienes debemos trabajar y terminar con nuestros propios mitos sobre la sexualidad del adulto mayor.
- El adulto-mayor carece de sexualidad
Creemos que la sexualidad humana existe solo con el fin de reproducirnos, por lo tanto se asume que el adulto mayor ya no está en condiciones de hacerlo por lo que carece de deseo sexual.
Los adultos mayores acuden a la auto-medicación para mejorar su vida sexual y que esta práctica pone en riesgo su salud
En el día a día, hacemos alusión a esto con comentarios tales como “no quiero saber que mis padres/abuelos tienen una vida sexual activa”, “por la edad ya no está en condiciones de tener una erección”, “mi mamá/abuela quedó viuda/se divorció por lo tanto ya no le interesa estar con otra persona”, entre otros.
- El adulto-mayor no es un ser sensual
Como el ideal de la belleza está asociado a la juventud y los cambios físicos propios de la adultez no
van acorde a ese ideal, se asume que el adulto-mayor es incapaz de considerarse un ser sensual y por lo tanto no busca relacionarse sexualmente con una pareja.
Se llega a dar por hecho que las personas en esta etapa son incapaces de sentir placer y de despertar el deseo en otros.
- La frecuencia de la actividad sexual disminuye automáticamente en la tercera-edad
Como mencioné anteriormente, dado a los cambios físicos propios de esta etapa, la vida sexual del adulto-mayor se ve afectada y es innegable que el deseo y la actividad sexual disminuye en la adultez; sin embargo mientras el adulto-mayor goce de un buen estado de salud físico y mental, y tenga un compañero podrá seguir disfrutando de una vida sexual activa. Adicionalmente, si a lo largo de su vida mantuvo una frecuencia sexual habitual son mas propensos a mantenerse activos en la adultez.
Si nosotros, como parte del entorno del adulto mayor aceptamos y reconocemos que su deseo sexual se mantiene seremos capaces de guiarlos en esta etapa para que ellos puedan disfrutar de todos los aspectos de su vida a plenitud, inclusive de su sexualidad.
3.- La falta de un compañero sexualmente activo limitará las actividades sexuales
Solemos referirnos de forma despectiva a la persona que está buscando rehacer su vida luego de un divorcio o el fallecimiento del cónyuge, términos como “viejo verde” o “viuda alegre” pueden condicionar a los adultos-mayores a creer que su vida acaba luego del divorcio o la pérdida de la pareja.
Según varios estudios, el fallecimiento de la pareja es uno de los factores determinantes del cese de la actividad sexual. Hay variables adicionales que se presentan en el caso de la viudez:
- Una interrupción prolongada de la vida sexual dificultará la recuperación de esta en un futuro.
- Tienen la idea de que no serán capaces de sentir placer con otra persona que no sea su antigua pareja.
Con respecto a esto, el impacto de la viudez en la mujer es mayor en comparación al hombre. Socialmente tendemos a ver negativamente que una mujer busque entablar nuevas relaciones afectivas. En un estudio realizado en Universidad de Duke, se comprobó que el 90% de las mujeres viudas cesaban sus relaciones sexuales a partir del fallecimiento de su esposo.
Como cuidadores y familiares de adultos-mayores es importante que reconozcamos y aceptemos que aunque existen cambios físicos que afectan el desempeño sexual esto no significa que el deseo y la práctica sexual desaparece por completo.
Es más, en el artículo “ La importancia de la sexualidad en el adulto mayor: una mirada desde el cuidado de enfermería” publicado en el 2014 en la Revista Cultura del Cuidado, se indica que los adultos mayores acuden a la auto-medicación para mejorar su vida sexual y que esta práctica pone en riesgo su salud.
La persona se ve en la necesidad de automedicarse, ya que lamentablemente suele sentir vergüenza de mencionar su interés en el tema sexual a sus familiares y cuidadores.
Por esta razón, es importante que quienes prestan atención al adulto-mayor estén en la capacidad de otorgar información o puedan derivarlos a una fuente apropiada para que ellos conversen sobre sus inquietudes en este tema.
El objetivo es brindarles información referente a su sexualidad y las ventajas que se pueden encontrar en este aspecto. Tengamos en cuenta que tal como en la juventud, gozar de una vida sexual plena aporta al bienestar de la persona.
Una manera de ayudar a nuestros adultos-mayores a disfrutar plenamente de esta etapa de su vida y a gozar de una vida sexual adecuada es educándonos sobre la realidad de la vida sexual del adulto-mayor.
Es importante trabajar como sociedad y naturalizar la sexualidad del ser humano, y esto incluye a nuestros adultos-mayores. Empezar por hablar de forma más abierta y natural de la sexualidad, y aceptar que el adulto-mayor también puede ser una persona sexualmente activa.
Tengamos en cuenta que la manera en que la persona vive su sexualidad en esta etapa dependerá de la actitud que ha mantenido previamente ante el sexo. La generación actual de adultos-mayores, en su mayoría, nunca ha hablado del tema abiertamente, en especial las mujeres. Es una generación que no tuvo educación sexual, que creció con la idea de que el sexo es un tabú. Y OJO, enviar memes por chats de WhatsApp o hacer bromas en doble sentido no es hablar del tema.
Debemos crear más espacios donde se fomente una conversación abierta, pero sobre todo educada y apropiada sobre la sexualidad. Brindarles a los adultos-mayores un espacio seguro, libre de bromas y comentarios que “condenen” el interés de ellos en el tema. Nosotros, como familiares, cuidadores y profesionales que tratamos con esta generación somos los responsables de abordar el tema con ellos, ya que a muchos se les dijo “que de esto no se habla”, o quizá es una persona que cree que la vida sexual activa es exclusiva de la juventud por lo tanto en su adultez el deseo sexual debería desaparecer, o es alguien a quien se le inculcó que se debe únicamente a su cónyuge y por eso luego del divorcio o enviudar su vida sexual se acabó.
Si no nos sentimos cómodos o preparados para tratar este tema con el adulto-mayor, debemos buscar a un profesional con quien ellos puedan conversar sobre los cambios que viven y que los guíen de manera apropiada a disfrutar de su vida sexual. Incentivarlos a consultar con el médico si tienen algún problema que les preocupe y que esté afectando su vida sexual, ya que es este el profesional más adecuado para sugerir un tratamiento apropiado, y así evitamos que se auto-mediquen o busquen el uso de equipos como las bombas de pene que luego no utilizan correctamente.
Para finalizar, es importante que comprendamos que el fin de la vida sexual no es algo que ocurre exclusiva y necesariamente de forma cronológica. El cese de la actividad sexual en el adulto mayor depende de muchos factores, no solo de la edad y de los cambios físicos propios de esta etapa. No caigamos en el error de anular e invalidar al adulto-mayor solo porque a mí se me hace más cómodo no hablar de sexualidad con ellos. Devolvamos a nuestros adultos-mayores la capacidad de gozar plenamente de una vida sexualmente activa.