De la culpa al placer
Vivimos en una sociedad en la que casi no se habla de la sexualidad femenina, y lo poco que se menciona está adornado de mitos y tabúes. Sin embargo, es importante que reconozcamos que nuestra sexualidad es parte de nuestro bienestar general como mujeres. Como sexóloga, conozco la importancia de entender y conocer nuestra propia sexualidad y como esto tiene la capacidad de transformar nuestras vidas.
Nuestra sexualidad es única y compleja. No se centra únicamente en lo físico, está entrelazada con nuestro estado emocional y psicológico, es decir, la forma en que las mujeres experimentamos y expresamos nuestra sexualidad es sumamente diversa. Sin embargo nadie nos quiere hablar de este tema, en muchas ocasiones ni nosotras mismas.
Uno de los mayores desafíos al que nos enfrentamos es acabar con los tabúes y los mitos alrededor de nuestra sexualidad.
Desde la masturbación hasta el deseo sexual, muchas mujeres han crecido creyendo que sus impulsos y deseos sexuales son inapropiados e incluso algo de lo que deben sentirse avergonzadas. ¡Es necesario cambiar esta narrativa!
Hoy en pleno 2024, siguen existiendo grandes diferencias entre como las mujeres vivimos nuestra sexualidad y cómo la viven los hombres. Por ejemplo:
- A las mujeres que conectan con su sexualidad se las tacha de promiscuas mientras que a los hombres no.
- ¿Por qué causa sorpresa cuando conocen que soy una sexóloga, pero que un hombre se dedique a eso no causa asombro?
- Anulamos el placer de la mujer al decir que “el orgasmo femenino es difícil de alcanzar” o “las mujeres se demoran mucho” o “las mujeres nunca tienen ganas.
La sexualidad es una parte normal y saludable de nuestra vida como seres humanos, como hombres y mujeres. Reconocer y aceptar esto es un paso importante para poder reducir la brecha que hay entre la sexualidad femenina y la sexualidad masculina.
Si es que a la mujer se le da información sexual, esta usualmente se centra en la reproducción o en la prevención de enfermedades y embarazos no deseados y no se habla de el placer y de la satisfacción sexual. Este tipo de discursos nos hace daño a las mujeres, nuestra sexualidad no se limita a nuestra habilidad de reproducirnos, ni la educación sexual debe estar enfocada a sembrar el miedo al embarazo y las enfermedades (que ojo, nos advierten de estas para que no nos tachen de promiscuas pero realmente no nos educan ni nos enseñan como abordar estos temas con profesionales de la salud…)
Es importante que se empiece a hablar abiertamente sobre el placer, la autoexploración y el entendimiento de nuestro cuerpo ya que esto nos va a liberar y nos puede acercar a una vida sexual más satisfactoria.
Con toda la desinformación que recibimos, me encuentro en consulta y en mi entorno con muchas mujeres que no se sienten cómodas hablando de su sexualidad, sus necesidades y deseos, en muchas ocasiones ni siquiera lo hacen con sus parejas, mucho menos con un profesional que las guíe de forma adecuada. Es por eso que trabajo en fomentar un diálogo abierto y honesto, sé que la comunicación efectiva puede mejorar no solo la vida sexual de la mujer, sino también la intimidad, el entendimiento y el placer en las relaciones sexuales en pareja.
Como he mencionado antes, el hablar sobre la sexualidad femenina con tabúes y mitos hace que muchas mujeres no sean capaces de identificar correctamente problemas de salud sexual. Me duele ver como se “normaliza” muchos problemas bajo la idea que “la mujer tiene menos ganas” o “el sexo a la mujer le duele” y por eso, hay muchas mujeres que no disfrutan de una vida sexual plena, porque no buscan abordar y tratar estos problemas. Si el sexo te duele, si sientes que tienes falta de ganas y eso te causa malestar o inseguridades, si no sabes si has vivido un orgasmo, no dudes en consultar con un profesional. En consulta se te puede ofrecer soluciones y estrategias que te ayuden a mejorar tu vida sexual, tu salud sexual y tu bienestar general.
La sexualidad femenina es un espectro maravilloso de experiencias y sensaciones. Al abordarla con una mente abierta, educación apropiada y comunicación efectiva, las mujeres pueden descubrir una parte esencial de su identidad y bienestar. Es hora de romper los tabúes y celebrar la sexualidad femenina como una fuente de poder, placer y autoconocimiento.