El siguiente artículo fue publicado inicialmente el 9 de abril del 2015 en el blog de ISEP Clínic, mientras realizaba mis prácticas. Y hoy, 5 años después, seguimos mostrando una realidad diferente en nuestras redes sociales.
Las redes sociales nos permiten, de manera muy conveniente, conocer y relacionarnos con otros, y a través de nuestros perfiles tenemos la oportunidad de presentar nuestra «mejor cara». Todo el boom de internet empezó hace algunos años con los sitios web de social networking como myspace, hi5 y Facebook.
Hoy contamos con más de 124 plataformas usadas y más de 2,030 millones de usuarios activos.
Estos recursos cumplen con varios objetivos, entre los que destacan: informar, educar, mantener vínculos a la distancia, ampliar la red de contactos, pero sobretodo; interactuar con otros.
Con el objetivo de conocer y relacionarnos subimos fotos y vídeos, actualizamos estados, y damos «me gusta» en lo que nuestros seguidores comparten. Sin embargo, el proceso no está libre de engaños, en especial cuando el perfil creado busca mejorar nuestra autoestima.
El proceso empieza con la publicación de nuestra foto más atractiva -aunque sea de algunos años atrás; escribir sobre nuestros gustos, hobbies. El resultado es un perfil donde mostramos una fracción de nosotros, pero principalmente, presentamos lo que deseamos que los otros vean, aquello que nos hará ser aceptados según los cánones sociales y atraerán la mayor cantidad de «me gusta».
La firma Dove, como parte de la campaña «Cambiando la Cara de la Belleza» iniciada en el 2004, realizó un estudio en el Reino Unido donde se determinó que el 21% de las mujeres dice que la presión de verse guapas viene del uso de las redes sociales.
En el mismo estudio, el 57% de las encuestadas dice sentirse halagada por los «me gusta» en sus perfiles y la mayoría borra las fotos y los estados con menor aceptación por sus seguidores.
En un estudio efectuado por el laboratorio farmacéutico CINFA en el 2014, encontró que el 33,5% de las mujeres españolas mayores de 45 años reporta una pérdida de autoestima. En otro estudio realizado por Dove en España se indica que 7 de cada 10 mujeres españolas creen que ser bella tiene una alta relevancia en la vida y más del 60% se auto-exige ser guapa.
El 50% de los encuestados en un pequeño estudio realizado en la Universidad de Salford en el Reino Unido reportó que el uso de redes sociales perjudica su autoestima ya que comparan sus vidas con los logros alcanzados por sus seguidores. Estos datos por sí solos son preocupantes, pero al considerar el impacto de las redes sociales en nuestra vida diaria, encontramos como el uso inadecuado de estas puede ser perjudicial para nuestra autoestima.
Hay que considerar que muchas de las cosas que se publican en las redes sociales están maquilladas, bien sea por photoshop, fotografías tomadas por profesionales, o simplemente, fotografías de años atrás. Sin embargo, más allá de considerar la manipulación de las imágenes, hay que fortalecer la estima propia para poder convivir con ello sin que se quebrante nuestro auto-concepto y se refuerce la necesidad de la aprobación externa.
La autoestima es la valoración, generalmente positiva, de uno mismo. En psicología, hablamos que la autoestima es la opinión emocional que cada individuo tiene de sí mismo según la valoración del conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que forman la personalidad. El mantener una buena autoestima es indispensable, ya que permite el desarrollo personal de la persona. Una autoestima baja puede afectar la salud física y psicológica de una persona, sus relaciones sociales y su productividad.
El reconocido psicólogo Abraham Maslow, clasificó la necesidad de aprecio en dos categorías: necesidad de estima alta o el aprecio que se tiene uno mismo, y la estima baja o la aceptación de los demás. El poder que le hemos otorgado a la estima baja se ve reflejado en el uso inadecuado de las redes sociales, en especial porque compartimos la creencia de “a más «me gusta», más aceptación recibo de los demás”.
Ser usuarios activos de redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter (las 3 plataformas sociales más usadas a nivel mundial) nos expone a la comparación de logros, cualidades físicas y estilos de vida. En los casos de las personas más vulnerables, esta comparación puede tener un impacto negativo en la autoestima. A continuación listamos 7 señales de que las redes sociales pueden estar afectando negativamente tu autoestima:
- El uso de las redes sociales afectan tu interacción en el mundo real
- El uso constante de las redes sociales afectan tu estado de animo
- Sientes envidia al ver los logros alcanzados por tus seguidores
- Te sientes bien con el infortunio de otros
- Se te han vuelto difíciles las interacciones en la vida real
- Mides tu éxito a través de los demás
- Buscas constantemente la atención de los demás
Tal y como lo indicó Maslow, todo ser humano tiene la necesidad de aprecio y aceptación. El inconveniente nace cuando se considera la aceptación de los demás como una necesidad esencial para nuestro día a día. El reconocimiento de otros puede motivarnos a actuar, pero no debemos basarnos únicamente en lo que los demás piensen sobre nosotros ya que así estamos poniendo nuestro propio valor en manos de la sociedad.
Si sientes que tu autoestima está siendo afectada negativamente por el uso de las redes sociales, busca la manera de desconectarte de tu perfil online y reconectar con tu vida real.
Eliminar el uso de las redes sociales no es la solución que debemos buscar, somos parte de una sociedad globalizada donde cada vez confiamos y hacemos más uso de las nuevas tecnologías y las redes que nos conectan al mundo. Sin embargo, debemos quitarle el poder que tiene un «me gusta» sobre nuestra autoestima y estado de ánimo.
Se puede empezar por monitorear y restringir el uso de las redes sociales, limitar su uso a la hora de dormir, bloquear o eliminar aquellos seguidores que no aportan nada positivo a tu vida e imagen personal. Finalmente, no se trata de prohibir el uso ni estigmatizar a las redes sociales, ya que facilitan la comunicación e interacción de las personas, así como también nos mantienen informados y nos permiten acortar distancias.
Recomiendo el uso adecuado de las redes sociales para evitar los posibles efectos adversos en la autoestima a los más de 2,000 millones de usuarios activos diariamente a nivel mundial.